jueves, 21 de febrero de 2019

Chapter 84 - El Fin


Estos 84 capítulos están dedicados exclusivamente a Carla, a Celina y a Luna, ya que sin ellas, jamás hubieran habido tantos.

Previamente:
Tras que Ignacio lo obligó a acuchillarse, Fabián quedó atrapado en el Limbo donde pretendía controlar el tiempo.

FABIAN

Abrió los ojos, desesperado.
Su cuerpo le resultó desconocido, sin responder a sus funciones motoras principales. Su voz, cuando habló, le pareció la de un extraño. Había estado dos semanas en coma.
Una enfermera lo descubrió y salió corriendo a llamar al médico.

FABIAN: Doctor...
MEDICO: Tranquilícese.
FABIAN: ¿Qué día es hoy?
MEDICO: Es 26 de febrero.

Su pulso se aceleró.

FABIAN: Necesito irme.
MEDICO: No puedo darle el alta.
FABIAN: Usted no lo entiende. Tengo que irme ahora mismo.
MEDICO: No puedo darle el alta cuando trató de suicidarse. Hemos hecho malabares para mantenerlo con vida.
FABIAN: No intenté suicidarme. Necesito irme de aquí...
MEDICO: Primero tendrá una evaluación psiquiátrica. Haremos estudios para ver sus signos vitales y...

Fabián dejó de escuchar en ese momento.
De nada servía convencerlos de que lo dejen partir, así que tendría que escaparse.

FABIAN: De acuerdo. Déjeme usar el teléfono al menos.

Le pasaron su celular. Esperó a hablar cuando se quedó solo.
Marcó el número de Hernán.

HERNAN: ¿Estás vivo?
FABIAN: Lo estoy. Pero los chicos de Estrella Dorada no lo estarán por mucho tiempo. Necesito que me lleves al pueblo ahora mismo.
HERNAN: ¿Te dieron el alta?
FABIAN: No. Es cierto. Primero necesito que me ayudes a escapar y luego me lleves a Estrella Dorada.
HERNAN: ¿Por qué? ¿Qué sucedió?
FABIAN: Hoy es el día en donde Los Ángeles Azules van a destruir el barrio.

MOMENTO MUSICAL

A unos cuantos kilómetros de Campo Azul, más bien en la Residencia 21, Damien se levantaba para un día más.




DAMIEN:
Podríamos irnos a casa ya
o tal vez nos podríamos quedar
por otro trago más.
Oh, sí.
Saca una botella más,
mandemos todo al diablo,
siéntate ya para un trago más.
Oh, sí.

DAMIEN:
Brindo por los dos,
por el amor,
por las veces
que todo se arruinó.
Brindo por vos.
Lleva la copa
porque los últimos días
la pasé bastante mal.
Así que pongámonos difíciles
y deseemos a todos lo mejor.
Brindemos por nosotros.
Brindemos por nosotros.

DAMIEN:
Hasta ahora estuvimos juntos
y renunciamos a nuestros sueños.
Brindemos porque las cosas mejoraron.
Y todo podría cambiar tan fácil
y todos estos años pasar más rápidos
pero nada dura para siempre.

DAMIEN:
Brindo por los dos,
por el amor,
por las veces
que todo se arruinó.
Brindo por vos.
Lleva la copa
porque los últimos días
la pasé bastante mal.
Así que pongámonos difíciles
y mandemos a todos a la mierda.
Brindemos por nosotros.
Brindemos por nosotros.

DAMIEN:
Por los extraños que besamos,
por los que extrañamos,
por los errores más grandes
que igual no cambiaríamos.
Brindemos porque estamos terminando
sin que eso nos rompa.
Brindemos por lo que vendrá.

DAMIEN:
Brindemos por los dos.
Brindemos por los dos.

DAMIEN:
Brindo por los dos,
por el amor,
por las veces
que todo se arruinó.
Brindo por vos.
Lleva la copa
porque los últimos días
la pasé bastante mal.
Así que pongámonos difíciles
y mandemos a todos a la mierda.
Brindemos por nosotros.
Brindemos por nosotros.

GRUPO

Damien, Celina, Irupé y Fabricio se reunieron alrededor del recién llegado. Al escuchar la primera frase, los cuatro cayeron en cuenta que aquello era el final.

IRUPE: No podemos enfrentarnos a los Ángeles Azules.
FABIAN: Definitivamente no pueden.
IRUPE: Gracias. Un poco de apoyo tampoco hubiera sido malo.
FABIAN: Verán, cuando estuve en el Limbo, pude entender el tiempo. Un mecanismo simple pero realmente muy complejo. He ido al futuro y he comprendido que el destino de este lugar era ser demolido. Y ustedes perecerían en el acto. Roger los atraparía y les daría muerte.
FABRICIO: Pero ahora que nos advertiste, podemos evitar la confrontación. Nosotros nos mantendremos con vida.
FABIAN: Esa sería una opción. Y de hecho, después de esta conversación, así lo hicieron.

Los cuatro jóvenes intercambiaron una mirada confusa entre sí.

DAMIEN: Significa que esta charla ya la tuvimos.

Fabián asintió, un poco angustiado.

FABIAN: En uno de los desenlaces, ustedes se marchaban antes del ataque. Cada uno vivía su vida independiente. Enfrentaban diferentes demonios.
CELINA: ¿Por qué no lo podemos hacer?
FABIAN: Porque es muy alto el costo.
DAMIEN: ¿Qué sucedía en la línea original de tiempo?
FABIAN: Originalmente, el barrio era atacado por Los Angeles Azules. Virginia y yo estábamos en Campo Azul. No sabríamos si ustedes sobrevivieron o no, pero nos encontraríamos a una Estrella Dorada destruida y tomada por la magia oscura. En ese trayecto de supervivencia, nos encontraríamos con la Celina del pasado.

Celina se tuvo que sentar de la impresión.

CELINA: Un momento, ¿eso significa que tú eres el Caballero Blanco?
FABIAN: Sí.
CELINA: ¡Siempre pensé que era Alejandro! Ahora entiendo por qué no funcionó lo nuestro.

Nadie le respondió.

IRUPE: Pero en qué momento cambiaron las cosas. ¿Por qué de repente ahora sabes todo esto?
FABIAN: Virginia lo hizo. Ella cambió cuando dejó que Ignacio me obligara a acuchillarme.
IRUPE: Creo que es mejor si no analizamos la oración que acabas de decir.
FABRICIO: Entonces, ¿cuál es tu propuesta? ¿Cómo evitamos morir?

Fabián se tomó el tiempo para comentar lo que tenía en la cabeza.

FABIAN: Evitar que Zack sea liberado.

Ninguno de los cuatro comprendió.

IRUPE: Necesitamos una traducción a ese plan.
FABIAN: Zack es un hechicero con muchos años, aunque no lo aparente.
IRUPE: Los aparenta.
FABIAN: Los chicos del Campamento lo liberaron hace tres años, desatando lo que conocemos hoy en día como el Mundo Mágico. Para salvar sus vidas y la de los chicos del Campamento, lo único que puedo hacer es volver el tiempo atrás y evitar que lo rescaten.
CELINA: Pero hacer una cosa así nos dejaría sin magia.
IRUPE: Y sin un Edgar que venga a vivir a Estrella Dorada, no tendríamos este barrio.
FABRICIO: Y no seríamos amigos.

Fabián asintió, con el rostro marcado por un dejo de tristeza.

FABIAN: Tienen hasta medianoche para resolver lo que deseen. Después, la historia va a cambiar para siempre.
DAMIEN: ¿Qué va a suceder? ¿Acaso no vamos a recordar nada?
FABIAN: Son personas mágicas, Damien. Algo siempre van a recordar.

CELINA

Julio, el cantante con el que había tenido la cita, la miraba con confusión en aquel restaurante mientras Celina lloraba escandalosamente.

CELINA: ¡Es tan injusto que esto se termine! Apenas había alcanzado mis poderes. Tenía tantas cosas por hacer, tantas cosas por aprender. Nunca alcancé a vestirme de monja, que era mi único anhelo.
JULIO: Celina, no tengo idea de lo que me estás hablando. ¿Por qué estás llorando así?
CELINA: ¿Qué sentido tiene explicártelo, Julio? Después de medianoche, esta charla no tendría lugar.
JULIO: Entonces, ¿simplemente quieres pasarte la noche llorando?
CELINA: Hasta cerca de medianoche, al menos. Después debo ir a la entrada del barrio porque debemos defenderlo de unos Àngeles endemoniados que vienen a destruirlo. Es que no se sabe si el conjuro del tiempo que hará Fabián realmente funcionará. Es toda una incertidumbre.

Julio no respondió. Se levantó de la mesa y se fue.
Celina continuó llorando.

DAMIEN

Damien y Franco están hablando en la casa de éste último.

FRANCO: Así que todo va a cambiar a partir de medianoche.
DAMIEN: Sí. Si el plan de Fabián sale bien, todo será diferente.

Franco se tomó unos minutos en analizar la posibilidad.

FRANCO: A ti te hubiera conocido de todas maneras.
DAMIEN: Sí, aunque me empezaste a caer mejor en estos días.
FRANCO: En mi defensa, te podría decir que si Edgar nunca hubiera venido a Estrella Dorada, mi padre no hubiera hecho tratos con él. Yo jamás hubiera investigado ni lo hubiera mandado a la cárcel. Por lo que simplemente sería el chico de la limpieza en el Canal.

Damien se encogió de hombros.

DAMIEN: Me gustaba el chico de la limpieza.

Sonrieron.

FRANCO: Hubiera sido divertido si las cosas seguían, ¿no?
DAMIEN: Sí. Pero el final de esta historia no significa que la vida no pueda seguir siendo divertida. Sólo será... diferente.
FRANCO: Entonces, si a partir de medianoche todo volverá a foja cero...

Se acercó a Damien y le dio un beso en los labios.
Se miraron y volvieron a sonreír.

DAMIEN: Un clásico de los finales.

IRUPE

Irupé le dio un beso en los labios a Edgar, aunque él no supiera que era una despedida.

EDGAR: Apareció Pablo. Dijo que volveríamos a la búsqueda de mi hijo.
IRUPE: Oh, Edgar...
EDGAR: ¿Qué sucede?
IRUPE: Nada. Es encantador hablar con alguien que tiene planes, como si la vida siguiera igual.
EDGAR: No entiendo a qué te refieres.
IRUPE: Es increíble tener la posibilidad de volver el tiempo atrás y hacer todo de nuevo. Es una oportunidad que pocos tienen.
EDGAR: ¿Por qué querrías volver el tiempo atrás? ¿Acaso no te gustan como están las cosas ahora?

Irupé sonrió antes de marcharse.

IRUPE: Las cosas estaban bien. Hasta que ya no lo estuvieron.

GRUPO

Damien, Irupé, Celina y Fabricio se reunieron unos minutos antes de medianoche en el portal de entrada del barrio.

CELINA: No puedo creer que todo esto se termine.
IRUPE: Yo no puedo creer que estemos de escudos del barrio esperando un ejército. Todos entienden que si el plan de Fabián sale mal, vamos a morir, ¿no?
FABRICIO: Yo no puedo creer que todos ustedes tuvieron una escena de despedida y yo simplemente aparecí para decir algún que otro diálogo chistoso.
CELINA: ¿Eso es lo que te indigna? Yo terminé mi escena llorando y Damien terminó teniendo sexo. ¡¿Qué clase de justicia es esa?!
DAMIEN: Los finales casi nunca son justos.

Miraron hacia el cielo cuando divisaron que un grupo de aves gigantes se dirigían hacia ellos.

IRUPE: Realmente espero que lo de Fabián funcione, porque hubiera preferido huir que estar aquí.

Los chicos se pusieron en guardia.

DAMIEN: De todos modos, tenemos poderes, atacaremos si es necesario.

Las aves se acercaban cada vez más.
De repente, el cielo comienza a ponerse claro y todo alrededor comienza a desvanecerse.

CELINA: Lo que hizo mi Caballero Blanco funcionó.
IRUPE: Gracias a Dios.
FABRICIO: Ojalá que en la otra vida volvamos a ser amigos.
DAMIEN: Señores, ha sido un placer.

Y entonces todo se volvió blanco.

MOMENTO MUSICAL

Y mientras todo se va distorsionando, todo el alegre elenco de esta historia, aparece para el gran final.



CELINA:
Dije "recuerda el momento
en el fondo de tu mente".
FABIAN:
Cuando temblamos de nervios
y la multitud se volvió loca.
LUCILA:
Eramos reyes y reinas.
Nuestros nombres decían.
ALEJANDRO:
La noche que bailaste
sabiendo que nuestras vidas
ya no serían las mismas.

SANTIAGO:
Cabeza en alta como un héroe
en una página de la historia.
ALVARO:
Era el final de una década.
Pero el comienzo de una era.

FERNANDO:
¡Larga vida!
A las barreras que destruimos.
GUILLERMINA:
Las luces del reino brillaban
sólo para nosotros.
HERNAN:
Yo gritaba: ¡larga vida!
A toda la magia que hicimos...
WILFREDO:
Y aleja a todos esos falsos
que un día seremos recordamos.

IRUPE:
Me dije "recuerda este sentimiento"
mientras veía las fotos.
PAOLA:
De todos los años que estuvimos
apartados, deseando ésto.
EDGAR:
Somos los reyes y reinas.
PABLO:
Cambiaste tu gorra por una corona.
JAIME:
Cuando nos dieron los trofeos
y los alzamos para nuestro pueblo.
IGNACIO:
Y los cínicos se indignaron
diciendo "esto es absurdo".
JOSEPH:
Porque una banda de ladrones
con jean rotos llegaron a dominar el mundo.

GERMAN:
¡Larga vida!
A las barreras que destruimos.
VIRGINIA:
Las luces del reino brillaban
sólo para nosotros.
CELINA:
Yo gritaba: ¡larga vida!
A toda la magia que hicimos
y dile a todos esos falsos
que ya no tengo miedo.
DAMIEN:
Larga vida
a todas las montañas que movimos.
Me divertí como nunca
matando dragones contigo.
FABRICIO:
Yo gritaba: ¡larga vida!
A esa mirada en tu cara.
Y aleja a todos esos falsos
que un día seremos recordados.

FRANCO:
Sontente
dando vueltas.
PEDRO:
El confeti
cae el piso.
LULU:
Puede que estos recuerdos
amortiguen nuestra caída.

IRUPE:
Si puedes tomarte un momento
sólo prométeme ésto...
CELINA:
Que te quedarás a mi lado
pero si Dios no lo quiere
y el destino interviene...
DAMIEN:
Y debemos despedirnos,
si tienes hijos algún día
cuando me veas en las fotos
¡por favor, diles quien soy!
ZACK:
Diles cuando la multitud enloqueció.
BLANCA:
Diles que espero que ellos brillen también.

DAMIEN:
¡Larga vida!
A los muros que derrumbamos.
Pasé el mejor rato de mi vida... ¡con vos!
IRUPE:
¡Larga, larga vida!
A las barreras que destruimos.
CELINA:
Las luces del reino brillaban
sólo para nosotros.
FABRICIO:
Yo gritaba: ¡larga vida!
A toda la magia que hicimos
y dile a todos esos falsos
que ya no tengo miedo.
DAMIEN:
Cantando: ¡Larga vida
a todas las montañas que movimos!
Me divertí como nunca
matando dragones contigo.
CELINA:
Yo gritaba: ¡larga vida!
A esa mirada en tu cara.
TODOS:
Y aleja a todos esos falsos
que un día... seremos recordados.

UN AÑO DESPUES

El joven bajó al subsuelo con una linterna.
Tenía los golpes que había recibido por un espantapájaros viviente pero lo había derrotado.
Sin embargo, no pudo evitar sorprenderse por lo que custodiaba.
Era una celda.
Dentro, había un hombre atrapado. Parecía que tenía mil años.
El joven se asustó al verlo.

ZACK: No te asustes, no te haré daño. Sólo quiero agradecerte por haber abierto esta celda. Estuve tanto tiempo encerrado aquí. Gracias, amigo.

Le dio un beso en los labios, provocando una reacción automática.
Zack volvió a recuperar su juventud y el joven que lo había rescatado pasó a tener cien años.
Zack salió a la superficie y respiró la tranquilidad de la noche.

miércoles, 20 de febrero de 2019

Chapter 83


Previamente:
Germán recordó que Fernando intentó envenenarlo para entregarlo a Cóndor, pero para sorpresa de él y de Fabricio, Fernando reveló su verdadera identidad. No era más que el Cambiaformas de Guido, lo que despertaba la incógnita sobre qué fue del verdadero Fernando.
Cuando Germán volvió de la muerte, trajo una Sombra con él que se lo poseyó en el momento que tenía sexo con Paola, la prostituta que él ama.

PAOLA

El muchacho musculoso que había intentado matarla abrió la puerta. Su sorpresa era innegable.

GERMAN: Paola...
PAOLA: Algunos pensarán que estoy loca por venir a ver al muchacho que casi me asfixia, pero quería saber cómo estabas después de tu brote de locura. Y si todavía querías... Bueno, ya sabes, matarme.
GERMAN: Lamento mucho lo que sucedió. Todo lo que pasó tiene una explicación, aunque dudo que te parezca razonable.
PAOLA: No respondiste mi pregunta.
GERMAN: Oh, claro. No quiero matarte.
PAOLA: Me alivio de escuchar eso. Siendo así... ¿me invitas a pasar?

Germán sonrió y abrió la puerta para dejarla ingresar en la casa.

GERMAN

Se sentía feliz de que haya ido a visitarlo. A la vez que un poco preocupado que la Sombra decidiera hacer aparición nuevamente.
Le sirvió a Paola una lata de cerveza y él se llevó un vaso de agua fría. Nada de alcohol hasta que no volviera a tener dominio de todo su cuerpo.

PAOLA: ¿Estás seguro que no necesitas ayuda psiquiátrica?
GERMAN: Estoy bastante convencido de que la Sombra que me dice que te asesine es real.
PAOLA: Es lo que diría un paciencia psiquiátrico, Germán.
GERMAN: Cierto. Pero... No sé cómo explicártelo sin que me tomes por loco. Esa Sombra es un hechizo o un demonio, algo que vino conmigo del Otro Lado.
PAOLA: ¿Del Otro Lado?
GERMAN: Estuve muerto por un día.
PAOLA: Ah, eso lo explica todo.

Germán se rió aunque notó que la expresión de ella evocaba un recuerdo.

GERMAN: ¿Qué sucede?
PAOLA: Es que tú hablas de brujería y me haces recordar a que hace unas noches, un cliente mío me confesó que podía ver detrás de las paredes. Yo no me lo creí, por supuesto. Pero él insistió en hacer la prueba. Me pidió que vaya a la habitación contigua, la cual estaba vacía y que hiciera alguna clase de gesto. Como era su hora y él decidía qué hacer con el dinero, me fui a la habitación, me até el cabello y lo volví a desatar. Me sorprendió que él me dijo exactamente lo que había hecho, pero pensé que era una clase de truco de magia. Pensé que vio que mi cabello estaba despeinado y que por eso lo dedujo.
GERMAN: Es probable que el hombre realmente pudiera ver detrás de los objetos sólidos.
PAOLA: ¿Y cuál es tu gracia?
GERMAN: Mi piel es irrompible.
PAOLA: ¿En qué sentido?

Germán se incorporó y fue hacia la cocina. Tomó un pequeño cuchillo, se lo extendió a la muchacha.

GERMAN: Tómalo.
PAOLA: No voy a acuchillarte.
GERMAN: Pero es para que veas...
PAOLA: No hay forma que vaya a acuchillarte, de verdad. Está bien que quisiste matarme pero no soy tan rencorosa.
GERMAN: Bien.

Tomó el cuchillo y se lo dirigió hacia su pierna. La hoja de metal se dobló como si fuera papel.
Paola quedó boquiabierta.

PAOLA: Definitivamente ahora sí te creo.

En ese momento, la puerta se abrió violentamente y Guillermina Galeano apuntó con el dedo a Paola.

GUILLERMINA: ¡¿Dónde está Pablo, hija de puta?!

Germán, por acto reflejo, se puso entre medio de las dos.

GERMAN: Ella sí es rencorosa.

PAOLA

Paola se puso tensa. Odiaba cuando las mujeres engañadas le reclamaban a ella por las cosas que hacían sus maridos.
Guillermina, que siempre tuvo una tez pálida, tenía el rostro rojo de rabia. Se sintió segura de ponerse detrás de la piel de Germán.

PAOLA: No tengo idea de dónde está Pablo.
GUILLERMINA: ¡Mientes! ¡Está contigo!
PAOLA: Yo estoy aquí, Guillermina. No estoy con él.
GUILLERMINA: Entonces lo viste recientemente.
PAOLA: Hace meses que no sé de él. No fue más al Club...
GERMAN: Guillermina, Pablo no está aquí. Te pido que te vayas de mi casa.

Guillermina reaccionó ante la voz del anfitrión.
Agachó la cabeza, con furia y tristeza.

GUILLERMINA: Te pido disculpas, Germán. Esto no tiene que ver contigo. Es que Pablo ha desaparecido. Hace días que no sé sobre él y... Cuando vi a esa puta entrar al barrio, pensé que venía a burlarse de mí.
PAOLA: Yo nunca me burlé de ti.
GUILLERMINA: Cada vez que te acostabas con Pablo te burlabas de mí.
PAOLA: Entonces todo el pueblo se burló de ti, Guillermina. Y esa jamás fue la intención.

Germán se giró lentamente para mirarla.

GERMAN: Yo creo que deberías dejar de hablar.
PAOLA: No soy buena en estas situaciones.
GERMAN: Creo que no.

Pero como si hubiera sido convocado por alguna especie de magia especial, el mencionado Pablo se hizo presente en el salón.

PABLO: ¿Qué está pasando?

Guillermina se giró, emocionada, al verlo.
Saltó a sus brazos como criatura perdida.

GUILLERMINA: ¡Mi amor! ¡¿Dónde estabas?! Estaba loca de preocupación porque no sabía nada de ti. Pensé que estabas con ella...
PABLO: Tenemos que irnos, Guillermina. Tenemos que hablar.
GUILLERMINA: No estabas con ella, ¿no?

Paola miró a Pablo esperando que lo negara, pero él no dijo nada.
¿Qué diablos le pasaba?
No obstante, no pudo evitar sentirse atraída otra vez hacia él.

PAOLA: Pablo, por Dios, dile a tu mujer que no estaba contigo antes que me asesine.
PABLO: No estábamos juntos... No en estos días, al menos.
GUILLERMINA: ¿Así que antes sí? ¿Entonces todo lo que pensaba era cierto? ¿Tú y ella tenían una aventura?

Pablo volvió a quedar callado. Paola comenzó a sentir palpitaciones.

PABLO: Vámonos, Guillermina. Tenemos que hablar.

Pero la imprudencia de Paola pudo más.

PAOLA: ¿Esta vez la dejarás?

Germán, ajeno a todo el drama, suspiró con fastidio.

MOMENTO MUSICAL

En medio de la confusión, Pablo, Guillermina y Paola cantan una canción.



GUILLERMINA:
Ella jugó a darte
lo que más querías.
Yo jugué a creerte
que nunca lo harías.
PAOLA:
Ella con un beso,
yo con mil razones
para estar confiando
en tus explicaciones.

GUILLERMINA:
Ella te dio algo
mientras tú te arriesgabas.
PAOLA:
Yo te lo di todo.
Tú no quisiste nada.
GUILLERMINA:
Ella es un segundo
y yo era para siempre.
Algo pasajero
te condenó a perderme.

GUILLERMINA:
Esta se la hice a ella.
GERMAN:
Ella.
GUILLERMINA:
Que se cree que por bella...
GERMAN:
Ella.
GUILLERMINA:
Puede robarme todo
lo que nunca tuvo ella.
PAOLA:
Se la hice a ella.
GERMAN:
Ella.
PAOLA:
Porque aunque sea tan bella.
GERMAN:
Ella.
PAOLA:
Cada que te acaricie
tu piel ya tendrá mis huellas.
GUILLERMINA:
Hoy quiero decirle a ella
que si fue así conmigo
también lo será con ella.

PAOLA:
Tú no te mereces nada,
no estoy hablando contigo.
GUILLERMINA:
Ella se merece menos
de lo hiciste conmigo.
PAOLA:
Aunque intente sorprenderte
siempre será su castigo,
que todo lo que te haga,
tú ya lo hiciste conmigo.

GUILLERMINA:
Ella te dio algo
mientras tú te arriesgabas.
PAOLA:
Yo te lo di todo.
Tú no quisiste nada.
GUILLERMINA:
Ella es un segundo
y yo era para siempre.
Algo pasajero
te condenó a perderme.

GUILLERMINA:
Esta se la hice a ella.
GERMAN:
Ella.
GUILLERMINA:
Que se cree que por bella...
GERMAN:
Ella.
GUILLERMINA:
Puede robarme todo
lo que nunca tuvo ella.
PAOLA:
Se la hice a ella.
GERMAN:
Ella.
PAOLA:
Porque aunque sea tan bella.
GERMAN:
Ella.
PAOLA:
Cada que te acaricie
tu piel ya tendrá mis huellas.
GUILLERMINA:
Hoy quiero decirle a ella
que si fue así conmigo
también lo será con ella.

GUILLERMINA:
Ella jugó a darte
lo que más querías.
Yo jugué a creerte
que nunca lo harías.
PAOLA:
Ella con un beso,
yo con mil razones
para estar confiando
en tus explicaciones.

GUILLERMINA:
Esta se la hice a ella.
GERMAN:
Ella.
GUILLERMINA:
Que se cree que por bella...
GERMAN:
Ella.
GUILLERMINA:
Puede robarme todo
lo que nunca tuvo ella.
PAOLA:
Se la hice a ella.
GERMAN:
Ella.
PAOLA:
Porque aunque sea tan bella.
GERMAN:
Ella.
PAOLA:
Cada que te acaricie
tu piel ya tendrá mis huellas.
GUILLERMINA:
Hoy quiero decirle a ella
que si fue así conmigo
también lo será con ella.

PAOLA

Los vio partir en silencio, a aquella pareja que nunca supo por qué se mantenía junta. Paola no podía dejar de sorprenderse porque Pablo se hubiera animado a confesarle algo a su mujer.
¿Significaría que finalmente iba a cumplir alguna de las tantas promesas sobre una vida juntos?
Germán, a su lado, notó su expresión.

GERMAN: Todavía lo quieres.
PAOLA: No lo sé. Supongo que solamente estoy sorprendida.

Negó con la cabeza con tal de volver a centrarse en sus pensamientos.

PAOLA: Tengo una nueva pista sobre mi hijo. Después de recorrer varias ciudades sin ninguna clase de resultado, creo que esta vez estoy cerca de encontrarlo.
GERMAN: Quiero ir contigo.

Paola lo miró boquiabierta.

PAOLA: No lo sé, Germán. Tú tienes tus cosas...
GERMAN: Una Sombra asesina.
PAOLA: Claro. Eso también.
GERMAN: Podré controlarla siempre y cuando, ya sabes, no tengamos...

Ella no pudo evitar ponerse colorada. Pese a lo que sentía por Pablo, era inevitable sentirse atraída por aquel muchacho musculoso y dócil.
De lejos, la discusión de Guillermina y Pablo había tornado matices turbios. La mujer estaba arrojando fuera de la casa toda la ropa de él.

GUILLERMINA: ¡Eres un desgraciado! ¡No puedo creer que alguna vez te quise!
PAOLA: Partiré mañana temprano. La primera parada será en Las Viñas. Creen que allí fue a parar mi hijo.
PABLO: ¡Cálmate! ¡Deja de tirar mi ropa!
GERMAN: Entonces mañana temprano nos vemos. ¿En qué iremos?
GUILLERMINA: ¡Me arruinaste la vida! ¡Siempre me dijeron que eras una escoria y yo jamás quise creerles!
PAOLA: Iremos en mi auto. Pasaré a buscarte. ¿Estás seguro de que no es peligroso... para mí?
PABLO: ¡Mi reloj! ¡Ese reloj perteneció a mi abuelo!
GERMAN: Te prometo que si en algún momento llego a percibir que soy un peligro para ti, me doy media vuelta y me volveré.
GUILLERMINA: ¡Ojalá lo veas pronto, Pablo!
PAOLA: De acuerdo. Gracias.

Sonrió, conmovida y se marchó de la vivienda. Más confiada y segura sobre el viaje que iba a realizar.

GERMAN

Desconocía cuántos días duraría la búsqueda, pero preparó un pequeño bolso. Las Viñas, después de todo, sólo estaba a tres horas de Estrella Dorada.
Todavía no amanecía cuando, antes de salir a esperar a Paola a las afueras del barrio, se dedicó una última mirada al espejo.
La Sombra le sonreía, detrás de él.
Germán le sonrió por cortesía.
Tal vez había que aprender a convivir con los demonios.